Las empresas no son entidades aisladas del entorno social en el que se desenvuelven. De una u otra manera, sus operaciones afectan positiva y/o negativamente a las personas y al medio ambiente. Cuando una organización establece y practica una política de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) demuestra estar consciente de esta influencia. Igualmente, de que está tomando las medidas requeridas para compensar las consecuencias del impacto negativo o haciendo un aporte significativo para solucionar problemas sociales específicos.
Pero tan importante como tener direcciones y acciones de RSC es que la empresa disponga de una estrategia para comunicarlos al mismo entorno en el que influye. De lo contrario, las personas ignorarían estos esfuerzos y tendrían una percepción equivocada de dicha compañía.
En concreto, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), también llamada empresa responsable, se refiere a un enfoque integral que abarca todas las fases del ciclo de producción y desarrollo de productos o servicios, incluyendo aspectos sociales, ambientales, financieros y éticos.
Lo anterior implica que las empresas asuman voluntariamente la incorporación en su gestión de las cuestiones económicas, sociales, ambientales y su relación con la sociedad en su conjunto. Este enfoque se basa en una visión empresarial que integra los valores éticos y el respeto por las personas, la sociedad y el medio ambiente. Además, es aplicable a todas las empresas, independientemente de su sector económico, tamaño, nacionalidad o productos y servicios que ofrezcan.
En otras palabras, la RSC es la contribución de las empresas a los desafíos del desarrollo sostenible. Así, una empresa que adopta la Responsabilidad Social Corporativa busca tener un impacto positivo en la sociedad y al mismo tiempo ser rentable.
Los principios de la Responsabilidad Social Corporativa se establecieron en la norma ISO 26000 publicada por la Organización Internacional de Normalización (ISO) en 2010. Esta guía práctica establece siete áreas de responsabilidad social corporativa, aplicables a todo tipo de organizaciones, no solo a empresas:
En efecto, la Responsabilidad Social Corporativa es una forma en que las empresas pueden responder a los problemas de la sociedad actual al incorporar a sus grupos de interés en sus actividades. Aunque no resuelve todos los problemas, la RSC es importante para generar valor para los propietarios y ofrecer empleo estable y de calidad.
Desde esta perspectiva, la comunicación juega un papel crucial en la RSC, ya que es necesario transmitir el compromiso, los valores y las iniciativas de las organizaciones a la sociedad en general. Para hacerlo bien, se necesita entender la relación entre las iniciativas y la estrategia del negocio. Esto exige que los responsables de la estrategia estén en un nivel directivo donde se tomen las decisiones.
En línea con lo anterior, es crítico identificar y segmentar correctamente los grupos de interés de la compañía. Esto ayuda a determinar los canales de comunicación apropiados mediante los que podamos conocer sus expectativas y necesidades con respecto a la empresa y sus actividades.
Los grupos de interés de una empresa pueden ser:
No existe una lista universal de grupos de interés, y es posible que la lista que elabores hoy para tu empresa no sea la misma en el corto plazo. Los individuos o colectivos que se ven afectados y/o que afectan a la empresa varían según la industria, la empresa, la ubicación geográfica y el tema de diálogo abordado con ellos.
Por otra parte, la comunicación de la Responsabilidad Social Corporativa debe explicar los valores reales de la organización y respaldarlos con acciones concretas. En función de esto, es indispensable evitar la creación de grandes brechas entre las percepciones de los grupos de interés y la realidad. En el mismo momento, es importante mantener una coherencia global en la comunicación adaptada a cada grupo de interés para evitar dudas sobre el compromiso con la RSC.
De igual manera, la comunicación de las iniciativas en este sentido puede reforzar la identificación de la empresa con las partes interesadas. Al lograrlo, facilitaría la conversión de las mismas en embajadores y defensores de la marca, lo que representaría un impulso a la estrategia de branding. También puede desafiar, inspirar y educar a los consumidores sobre los retos sociales, ambientales y económicos actuales y futuros. Cumplir este objetivo es básico para generar una cultura de desarrollo sostenible.
Finalmente, la comunicación planificada de las acciones de RSC ofrece múltiples ventajas. Nos centraremos en las cuatro más relevantes:
En conclusión, la Responsabilidad Social Corporativa es esencial para las empresas y su comunicación transparente, clara y sincera es aún más importante. Una buena estrategia de RSC puede traducirse en éxito tanto para el negocio como para la sociedad y el planeta en el que vivimos.
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