La metodología GTD hace referencia a las siglas en inglés «Getting Things Done» y es una técnica desarrollada por David Allen. Quizás te estés preguntado ¿En qué consiste este método? Pues bien, es un sistema para organizarse con eficiencia a través de la gestión de actividades. Por lo tanto, en este post vamos a explicarte más detalladamente para que sirve este método. ¡Sigue leyendo atentamente!
David Allen es un consultor estadounidense que está especializado en la productividad. De esta forma, en los años 80 empieza con la aplicación de su método GTD y, posteriormente, funda una empresa para la formación de ejecutivos.
El método de productividad desarrollado por Allen fue plasmado en un libro que él mismo escribió (Getting things done) y que se tradujo al castellano como «Organízate con eficacia«. En este libro se afirma que la memoria de los seres humanos no es del todo eficiente. Lo anterior, se sustenta en ideas como que la memoria siempre recuerda cosas cuando la persona no lo necesita. Por el contrario, cuando se pueden hacer determinadas acciones, la memoria no nos las recuerda.
En base a estas afirmaciones, necesitamos de un método externo que nos recuerde lo que tenemos que hacer en tiempo y forma. De este modo, nuestro cerebro estará libre de estrés al no verse presionado por estar recordándonos cosas. Así, nuestra mente trabajará mejor en otros aspectos de mayor competencia como la creatividad y la eficiencia.
Implementar GTD como método para lograr una mayor eficiencia en nuestra mente, facilitará en gran medida las labores de nuestra rutina diarias como almacenar, seguir, revisar y ejecutar acciones.
Mejorar la productividad es un objetivo que tienen millones de personas alrededor de todo el mundo. El método GTD se basa en un sistema de abajo hacia arriba, esto quiere decir que prioriza la organización del día a día para luego enfocarse en metas a largo y medio plazo. Es decir, la técnica se estructura en un par de elementos claves que son el control y la perspectiva. Cada uno cuenta con características específicas que te vamos a exponer a continuación.
El control de las labores y compromisos diarios es fundamental para trabajar de manera eficiente. De este modo, seremos capaces de exteriorizar nuestras metas a través de un sistema físico. Lo anterior, le dará una sensación de control a nuestra mente que le ayudará a tener un mayor rendimiento. Dentro de la característica de control se tiene que dar algunas etapas:
En esta etapa se debe trabajar la idea de sintetizar preocupaciones, tareas e ideas que puedan liberar a la mente de recordarlas.
Aquí se debe procesar la anterior información y anotarla de manera física para recordarla y poder convertirla en acciones.
En este punto, las futuras acciones deben organizarse acorde a su prioridad. Es así que, es muy importante almacenar material de referencia y también, descartar todo aquello que ya no te sea de utilidad.
Se trata del momento en que decides qué hacer según la prioridad de tus tareas y preocupaciones y contabilizar las acciones que ya has llevado a cabo. Es importante ponerse fechas periódicas de revisión.
Esta característica de la metodología GTD consiste en reflexionar a medio y largo plazo acerca de nuestras metas a alcanzar. Por lo tanto, las etapas de este punto son:
Esta etapa se relaciona con el conjunto de acciones que se pueden realizar en un mismo lugar y en un mismo tiempo.
Como proyecto se entiende a la necesidad de hacer varias acciones para lograr un objetivo. Por ejemplo, comprar y preparar todo lo que vas a necesitar para celebrar el cumpleaños de tu hijo a fin de mes es un proyecto. De esta forma no solamente necesitarás ir a un supermercado y otros negocios, sino planificar un menú y hacer listas de compra.
Es muy importante tener como un punto fijo cumplir con los compromisos que hemos adquirido no solamente con nosotros mismos, sino con los demás.
Muchas veces no podemos llegar a un objetivo en nuestra vida porque nos aceleramos y solo logramos frustrarnos. Por lo tanto, es muy importante ir cumpliendo pequeñas metas poco a poco para llegar a ese gran objetivo que queremos cumplir. Para lograr lo anterior, es importante que las pequeñas metas estén relacionadas directamente con el objetivo final.
Un ejemplo puede ser tener como objetivo bajar de peso y para lograrlo primero hay que asistir a un especialista. Después, vendrán las dietas y ejercicios que poco a poco nos irá llevando al objetivo final.
Esta metodología GTD, funciona de manera eficaz porque se encuentra basada en principios sencillos para que podamos ir cumpliéndolos con relativa facilidad. Lógicamente, hay que tener la fuerza de voluntad para ejecutarlo de manera correcta, pero no tiene por qué resultarte excesivamente difícil.
El simple hecho de comprometerte a realizar determinadas acciones, ya es un indicativo de éxito. Muchas veces las personas no logran sus objetivos simplemente porque no se organizan. Con este método decidirás en qué acciones vas a focalizar tu tiempo y tu atención.
No en vano, la metodología GTD es uno de los sistemas que brinda mayor productividad a nuestra mente y nos permite organizarnos de forma eficiente e inteligente. La clave está en pensar de forma global con tus objetivos e ir cumpliendo metas de forma local. O lo que es lo mismo; pensar de forma Glocal para lograr todo aquello que te propongas.
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