Sin duda, Lean Startup es una de las metodologías Agile más populares entre los desarrolladores web y neo-emprendedores. No sólo por el carácter iterativo de su proceso, sino por la oportunidad que propone con el lanzamiento de un Producto Mínimo Viable. En efecto, es una premisa que considera la realidad de un mercado dinámico en el que las necesidades y preferencias de los consumidores/usuarios cambian constantemente.
Gracias a la metodología Lean Startup, podemos desarrollar y crear nuestros proyectos de forma inteligente y organizada. Este método se centra en el aprendizaje validado, por lo que debemos ir verificando poco a poco las hipótesis antes de que tengamos nuestro producto o startup definitivo, para así ir ascendiendo en nuestro negocio.
De esa forma, se pueden acortar los ciclos de desarrollo, para que se puedan lanzar diferentes propuestas durante un tiempo determinado y obtener un feedback sumamente importante de parte de nuestros clientes potenciales.
Para entender completamente este método, en primer lugar, debemos conocer sus características básicas:
Debemos tener en cuenta que el uso de este método no nos garantiza un éxito definitivo, sino que hace que los intentos fallidos resulten más baratos. Así que lo que nos menciona la metodología es que primero, debemos resolver el problema de un segmento de usuarios específico.
Por tanto, uno de los primeros pasos será crear nuestro producto y ponerlo en el mercado lo antes posible. De esta manera, es viable medir su aceptación por parte los buyer personas previamente definidos. Este acercamiento a los consumidores facilita a nuestro equipo de trabajo conocer su reacción y sus expectativas. Empleando este aprendizaje en ciclos cortos iterativos de rediseño, lograremos mejorar nuestro producto o servicio en general.
Es cierto que brindar un producto o servicio innovador es importante para conseguir el éxito en nuestro proyecto. Sin embargo, no importa cómo de innovador sea dicho proyecto, ya que si no contribuye a solucionar los problemas o necesidades de los usuarios potenciales, no tendrá una buena aceptación en el mercado. Esta condición es indispensable para avanzar al siguiente paso. De hecho, debes recordar que el objetivo es siempre encontrar una simbiosis entre la visión de tu proyecto y lo que desean tus clientes.
Este canvas nos permite tener una visión representativa de los puntos clave del proyecto que emprendamos de forma rápida. Por ello, se intenta mantener una propuesta de valor con la posibilidad de ser ajustable para verificar la hipótesis de la idea de negocios.
De igual forma, es sumamente importante reconocer cuáles serán nuestros indicadores accionables, ya que son estos los que nos permitirán medir nuestro rendimiento y también a tomar decisiones estratégicas.
El ciclo metodológico del método Lean Startup es diseñado y pensado para que alcancemos el éxito con un margen de pérdida mínimo. Estos pasos consisten en:
Dentro de este planteamiento encontraremos parte del problema a resolver. En este punto, es de vital importancia explicar por qué nuestro buyer persona estaría dispuesto a pagar por nuestra oferta. Además, para poder entender bien el problema, será necesario poner en marcha varias entrevistas a clientes o usuarios potenciales. De modo que se les pueda proporcionar un espacio donde expresen qué es lo que les preocupa o necesitan en realidad. En la misma línea, podemos identificar si este problema tiene la suficiente importancia como para poder invertir en la creación de una solución.
A partir de esta etapa, podemos crear nuestro producto o servicio con las características mínimas básicas, para poder comprobar si es lo que el mercado o los consumidores desean.
Sin darle mucha importancia a las características que hemos seleccionado, es necesario tener en cuenta que nuestro objetivo va a ser siempre saber si las personas desean comprar nuestro producto o servicio. Hay que mencionar además que esta primera validación, la realizarán los “early adopters”. Esta expresión hace referencia a los primeros usuarios que se encargan de utilizar nuestro producto o servicio. En paralelo, es viable sumar a los usuarios más susceptibles de probar las novedades en el sector.
Para evaluar el impacto de la oferta e identificar los valores que podemos añadir a ésta, es imprescindible plantearse métricas adecuadas. En primer lugar debemos identificar cuáles son los pasos que sigue el consumidor hasta llegar a la oferta final y cuántas veces recurrió a cada uno de ellos antes de realizar una compra. Cuando logremos identificar estos pasos críticos, lo que sigue es asignarles los KPIs o Key Performance Indicators que nos ayuden a medir su eficacia.
En otras palabras, haber realizado los ajustes o cambios, bien sea al producto o al servicio, incluyendo el de mercado, proveedores, etc. En definitiva, esto significa que estamos obteniendo un mayor conocimiento sobre el consumidor y del entorno en el que introducimos nuestro producto. Por ello, es vital escuchar a todos los grupos de interés (stakeholders) que se encuentren implicados de forma directa o indirecta en nuestro producto, entre los que están nuestros clientes. Es crítico conocer, valorar y tener en consideración su feedback.
Una vez aplicados los pasos anteriores, es momento de identificar aquellas oportunidades óptimas que puedan añadirse a nuestro producto o servicio. Estar innovando continuamente es uno de los puntos clave del éxito en esta metodología.
Al seguir todos los pasos mencionados con anterioridad, el resultado que se obtendrá será siempre el de lanzar un PMV o prototipo, que no es más que un producto o artículo básico, pero con sus funcionalidades esenciales. Lo que buscaremos con esto es observar y/o testear la reacción que pueda tener un público objetivo al probar una versión básica del producto que estemos promocionando.
Como dijimos, gracias al feedback de los usuarios, es posible reconstruir y mejorar nuestro producto. A su vez, también se puede lanzar una versión MVP2 del artículo. Y mediante el mismo procedimiento ir adecuándolo constantemente, de acuerdo a las necesidades del cliente. Al mismo tiempo, deberíamos cuantificar la cantidad que estaría dispuesto a pagar por nuestro producto.
Este concepto se encuentra estrechamente relacionado con el método de Lean Startup, pero ¿de qué se trata? Pivotar hace que cambiemos aspectos esenciales en el modelo de negocio de nuestro producto y lo planteemos desde una nueva perspectiva. Esto significa que debemos cubrir otra necesidad, cambiar la propuesta de valor e incluso el propio modelo de negocio.
Muchos creen que pivotar significa haber fracasado con una idea, pero no es del todo cierto; pivotar puede tener como significado darnos cuenta a tiempo que dicho negocio no tiene futuro. Pero al mismo tiempo nos permite identificar otra opción que pueda tener éxito.
¿Tienes una gran idea para lanzar un producto o tu propio emprendimiento? Entonces, Lean Startup sería la metodología ideal para aplicar en tu propuesta de negocio. Aun así, recuerda lo importante que es el marketing para dar a conocer tu oferta, aunque esté en la fase más inicial.
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