Las metodologías ágiles son un conjunto de diferentes estrategias de trabajo aplicadas al desarrollo web que tienen en común su ejecución en ciclos iterativos. Esto permite realizar entregas y pruebas parciales del producto al cliente e ir incorporando cambios, hasta obtener la solución completa en el plazo acordado.

La aplicación de estos modelos proporciona mayor rapidez a la ejecución y entrega de soluciones informáticas, además de otras ventajas que explicaremos en este artículo.

Las metodologías ágiles y sus diferencias con el modelo tradicional de cascada

Las metodologías ágiles de desarrollo de software están basadas en los doce principios del Manifiesto para el Desarrollo Ágil de Software. La primera de estas premisas establece como prioridad la satisfacción del cliente mediante la entrega temprana y continua de software con valor. Más adelante, plantea el trabajo conjunto entre los responsables de negocio y los desarrolladores a lo largo de la ejecución del proyecto. 

El documento mencionado fue suscrito en 2001 por diecisiete destacados desarrolladores. Entre ellos, Kent Beck, co-creador de la metodología eXtreme Programing (XP) y Jeff Sutherland, co-creador de la metodología Scrum. La iniciativa marcó distancia del método tradicional de cascada para la construcción de software que seguía un enfoque lineal. Es decir, que las etapas del proceso de desarrollo debían completarse en un orden secuencial. Cada etapa duraba meses y no se presentaban progresos al cliente. Por eso, una solución informática podría tardar cerca de dos años en completarse, con el riesgo de resultar obsoleta en el momento de su presentación. 

Algunas características de las metodologías ágiles

Sprints y lanzamientos como unidades de entrega

Las metodologías ágiles establecen dos unidades de entrega: lanzamientos y sprints. Los primeros contienen varios sprints y cada uno de éstos es un pequeño proyecto individual. La organización, priorización y estimación de actividades como las solicitudes de funciones, mejoras y mantenimiento se consideran como sprints previo a su asignación a una versión. De esta manera, el desarrollo de las soluciones avanza en una secuencia de sprints de duración fija (por lo común, de dos a cuatro semanas). La entrega continua de avances probados al finalizar cada sprint aporta retroalimentación que permitirá al equipo mejorar y mantener la marcha del proyecto.

Entrega continua de software funcional 

En efecto, la entrega frecuente de funciones de productos probadas y aceptadas al terminar cada sprint es el mejor indicador de progreso de un equipo de desarrollo ágil. Precisamente, las funciones de trabajo permiten a quienes ejecutan el proyecto mejorar la colaboración y aumentar la visibilidad del proyecto; así como también son una respuesta práctica a los comentarios y aportes del cliente. En definitiva, el software funcional es una prueba concreta de que el proyecto está bien enfocado y va por el camino correcto.

Planificación continua

Contrario a lo que algunos piensan, las metodologías ágiles sí consideran la planificación inicial. Sin embargo, quienes las aplican insisten en que dicha planificación debe ser continua a lo largo del proceso. Al inicio de cada sprint, el equipo de producto identifica las funciones que debe implementar y verifica los requisitos técnicos para cada cual. Esta fase de planificación se repite en todos los sprints y ciclos de lanzamiento.

Las soluciones también se prueban de forma continua 

En efecto, gracias a las pruebas continuas, los equipos de productos miden con exactitud el progreso y evitan desperfectos. De la misma manera, reducen al mínimo el riesgo de fallos al final de cada proyecto. A diferencia de muchas aplicaciones desarrolladas con el modelo en cascada y probadas al final de un proceso, ya de por sí tardío. Sin duda, la decepción es enorme si llegan a comprobarse errores en la arquitectura o falta de integración entre los componentes del sistema. Peor aún, si las funcionalidades no son usables ni útiles. Por todo eso, no es conveniente postergar todas las pruebas para el final.

Mejora permanente

En este sentido, la prueba constante y la evaluación tanto de los equipos de producto como del cliente permiten introducir mejoras progresivas a la solución. Al respecto, seguir optimizando el proceso y continuar entregando el mayor valor posible al cliente, al equipo y a la organización al final de cada sprint es fundamental cuando se aplican metodologías ágiles de desarrollo de software.

Los equipos ágiles son pequeños y efectivos

Los equipos de desarrollo ágil son multifuncionales, pero tienen pocos integrantes. Con frecuencia, estos “escuadrones” están compuestos por ocho profesionales que planifican y trabajan en conjunto. Por otro lado, no tienen un enfoque de gestión vertical -de arriba hacia abajo- y todos ayudan haciendo lo requerido para completar el sprint.

Ventajas del desarrollo web con metodologías ágiles

A continuación, analizaremos brevemente las ventajas derivadas de estas características de las metodologías ágiles en el desarrollo de soluciones informáticas.

Cumplimiento paso por paso de los objetivos

Precisamente, durante cada sprint de duración fija todo el equipo de desarrollo mantiene la concentración en unos cuantos objetivos prioritarios. Aunque esto permite visualizar resultados tanto positivos como negativos, el grupo de trabajo saca el mayor partido y aprendizaje de cada sprint culminado. Esto deriva en una mejor identificación de áreas a mejorar para optimizar los procesos en el sprint siguiente. Por tal razón, el desarrollo es más rápido, aún cuando se introduzcan cambios a lo largo del mismo.

Participación del cliente, una gran ventaja de las metodologías ágiles

Sin duda, la participación del cliente en el desarrollo de su solución es uno de los aspectos revolucionarios de las metodologías ágiles. El propietario del producto tiene total visibilidad del proceso y está enterado de los resultados de cada sprint. Incluso, puede solicitar cambios o introducir nuevas funcionalidades y mejoras de ser necesario. De manera conjunta, el equipo de desarrollo de software trabaja con el propietario del proyecto y está al tanto de lo que sucede en cada iteración. En consecuencia, los integrantes del equipo conocerán los requisitos del cliente y lo que tienen que hacer. Aparte de lo anterior, esta característica hace más transparente la relación entre ambas partes, lo que también enriquece el proceso y la solución. 

Enfoque en el valor empresarial

Cuando el cliente establece las prioridades del proyecto, los desarrolladores comprenden qué es lo que se espera de la solución y qué es lo más importante para el negocio del cliente. Por tanto, el equipo de producto tendrá capacidad para entregar una aplicación orientada al valor del negocio.

Flexible y adaptable, pero también predecible

En realidad, los equipos de desarrollo de software que trabajan siguiendo metodologías ágiles, emplean una programación precisa y sprints de tiempo fijo. De tal modo, los integrantes pueden ejecutar acciones o crear nuevas funcionalidades para el producto con mayor frecuencia. Lo mejor de esto es que genera un alto grado de previsibilidad. Tanto es así, que hay oportunidad de realizar pruebas beta del software antes de cada presentación.

Aumenta la eficiencia y la rentabilidad de la desarrolladora

Mediante las metodologías ágiles los desarrolladores reducen sustancialmente los tiempos de entrega y aceleran los tiempos de comercialización. De esta forma es más factible capitalizar las oportunidades con mayor eficiencia y éxito.

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